̶ Avelino, esos
ruidos no son normales, mira las horas que son. ¿A quién se le ocurriría
ponerse a mover muebles a estas horas de la noche? ¡Y con una niña en casa!
̶ ¡Y yo que quieres
que le haga Mari Carmen! Al final me vas a hacer subir, con lo calentito que
estoy en la cama.
Tras ponerse la bata y las zapatillas a cuadros rojos y
verdes, Avelino sube andando al tercer piso, los ruidos se intensifican, se
oyen cristales, mientras se acerca a la puerta y presiona suavemente él timbre.
̶ ¡Manuel! ¿Qué pasa
ahí dentro? ¿Estáis bien?
̶ ¡Avelino! ¿Erés tú? ̶
responde Manuel aterrorizado.
̶ Sí soy yo. ¿Qué
pasa? ¿Qué ocurre?
̶ ¡No lo sé Avelino!
¡No lo sé! ¡La casa se ha vuelto contra nosotros! ¡Nos lanza cosas! ¡Mueve los
muebles! ¡Ha puesto un sofá contra la puerta y no podemos salir! ̶
grita llorando.
Un golpe seco suena en la puerta. La cara de Avelino
empalidece y retrocede.
̶ ¡Avelino! ¿Qué pasa
ahí arriba?
̶ ¡Mari Carmen!
¡Llama a la policía! ̶ grita Avelino asomándose por el hueco de la
escalera agarrándose a ella.
̶ ¿Por qué? ¿Qué
pasa?
̶ ¡Llama a la policía
joder!
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