3. Yo estaba dormido, y ni mi padre ni mi madre me habían
contado nada, entre otras cosas, porque era muy pequeño y porque no querían
asustarme, y bueno, supongo que pensaban que lo que fuera que hubiese ocurrido,
se solucionaría pronto. Pero lo cierto es que hacía dos noches, en la madrugada
del miércoles 8 de Enero, cerca de las tres de la mañana, se había producido
una explosión procedente de la central. Un gigantesco fogonazo había alumbrado
de manera terrorífica nuestro pueblo. Debido al estruendo, muchos se
despertaron, y los que no, fueron rápidamente avisados por un familiar, un
amigo o un vecino. El miedo se instalo rápidamente por toda nuestra modesta
ciudad. Mi primo Julián junto con otros amigos, decidieron ir a ver que pasaba
o si se podían enterar de algo. Así que cogieron sus bicis y se acercaron todo
lo que pudieron al perímetro del complejo. Era lo peor que podían haber
hecho...
No hay comentarios:
Publicar un comentario